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En un entorno empresarial cada vez más digitalizado, donde múltiples dispositivos están conectados a las redes, las soluciones de ciberseguridad ofrecen defensa integral y proactiva contra amenazas digitales. Estas tecnologías están diseñadas para proteger los activos más críticos, como datos, infraestructura y aplicaciones.
Con un enfoque de “confianza cero”, se garantiza la autenticación y autorización de cada usuario y dispositivo antes de acceder a la red. Además, la tecnología avanzada, basada en inteligencia artificial y detección en tiempo real, neutraliza las amenazas antes de que puedan causar daño.
El monitoreo centralizado permite una visibilidad completa del tráfico, facilita la gestión automatizada de incidentes y asegura el cumplimiento normativo, proporcionando tranquilidad a las empresas al operar en un entorno seguro.
Los cortafuegos (firewalls) proporcionan protección avanzada contra malware, ransomware y otras amenazas. Combinados con el monitoreo del tráfico, permiten identificar comportamientos sospechosos, lo que ayuda a prevenir posibles ataques.
La visibilidad total del tráfico de red y su análisis permiten identificar vulnerabilidades y amenazas emergentes. Además, facilitan el aislamiento de áreas críticas en caso de intrusiones, protegiéndolas del resto de la red.
Las empresas pueden gestionar dispositivos de seguridad desde un panel centralizado, simplificando la administración y reduciendo el tiempo de respuesta ante incidentes, con la opción de hacerlo desde la nube.
Soluciones específicas para proteger tanto redes empresariales como infraestructura en la nube, permitiendo un enfoque híbrido seguro y protegiendo los recursos distribuidos.
Protección de los usuarios finales y su información
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